La inmersión lingüística es una de las vías más eficaces para aprender un idioma que no es el materno. El hecho de estar en otro país, te obligará a hablar el idioma del mismo, de la misma manera que vivirás situaciones que no se viven en una aula, enfocando tu inglés hacia un uso más cotidiano.

Vivir esta experiencia en el extranjero abrirá tu mente y te acercará a experiencias que no hubieras vivido desde casa. Conocer una nueva manera de vivir, con otras tradiciones y costumbres te ayudará a crecer como persona.

Vivir esta experiencia lejos de casa y de los tuyos se te puede presentar como un challenge, pero que una vez superado te habrá hecho progresar como persona; descubrirte y aprender a valerte por ti mismo.

El hecho de verte progresar tú mismo en el idioma te hará ser consciente de tus capacidades. Te supondrá un reto estar lejos de casa, y superarlo a la vez que estás aprendiendo hará que estés más seguro de ti mismo una vez vuelvas a casa.

Vivirás esta aventura de la mano de otros jóvenes que, como tú, quieren disfrutar a tope de su verano y vivir miles de momentos inolvidables. Entrarás sin conocer a nadie, a los dos días se convertirán en amigos íntimos, y cuando se acabe el curso, serán amigos para siempre.

Estudiar cualquier idioma en el extranjero significa invertir en tu futuro. En un mundo globalizado, este tipo de experiencias son las que marcan una diferencia con el resto de la gente. ¡Aprovéchalo!